08 julio, 2007

Actitud ética frente al paciente psiquiátrico



Cuando comenzamos a pensar en el principalismo que es la base de la ética, existen variadas ocasiones en que comienzan a aflorar conflictos a la hora de hacer valer todos estos, en especial durante el tratamiento del paciente psiquiátrico, pero a su vez la patología mental que los aqueja y los hace más vulnerables a la trasgresión de sus derechos mueve a la comunidad médica a establecer normas éticas para que su cuidado sea en todo su contexto biopsicosocial.
"Cualquiera que despierto se comportase como lo hiciera en sueños sería tomado por loco” (Freud).

La necesidad de establecer directrices a la hora del tratamiento del paciente psiquiátrico ha levado a promulgar la “Declaración de Hawai” en el año 1977, que se mantiene vigente hasta el día de hoy en la que podemos destacar puntos como: todo paciente debe recibir el mejor tratamiento con que se disponga, he aquí donde la supervisión del equipo de salud es imprescindible. El paciente con alguna patología mental tiene el derecho al igual que toda persona a conocer su patología, pronóstico y todo el tratamiento recomendado para esta. Y en relación a lo mismo, siempre que el paciente tenga la capacidad de decidir, este deberá ser participe de la toma de decisiones en torno a él, en caso de que no se encuentre capacitado deberá ser de primera línea obtener el consentimiento de la familia o persona más cercana para realizar un procedimiento.

En relación a esto se deberá evaluar constantemente al paciente, ya que es muy probable que el estado cognitivo del paciente varié en el tiempo y es de gran importancia una vigilancia estricta del personal de enfermería ya que son estos los profesionales que mantienen un contacto continuo con el paciente. También es labor del equipo es mantener la mayor autonomía posible del paciente, ¿y cómo hacer esto?, por medio de tareas según su capacidad cognitiva. Ejemplos de estas son la elección de las actividades que quiere realizar, el tipo de ropa que quiere usar, el corte de cabello o su peinado, si quiere recibir visitas o no (en caso de permanecer internado en una institución). Cabe destacar un sentimiento o accionar que nace en los equipos de salud, el paternalismo, donde su esencia es soslayar la autonomía de una persona con la intención de proporcionarle un beneficio médico.

Para Beauchamp, ejemplos de paternalismo son: el internamiento forzoso en instituciones para recibir un tratamiento, los intervenciones para detener los suicidios “racionales”, la reanimación de pacientes que hayan pedido que no se les reanime, la ocultación de información médica solicitada por los pacientes, los cuidados psiquiátricos forzosos y la denegación de un tratamiento innovador a los pacientes que deseen probarlo. Los filósofos y abogados han apoyado el punto de vista de que las intervenciones sólo pueden ser válidas cuando los pacientes sean de alguna manera incapaces de elegir voluntariamente ó de realizar acciones autónomas.

Para otros, defensores del paternalismo, éste está justificado si, y solo si, los daños que se eviten a la persona sean mayores que los daños o afrentas (si las hubo) causadas por la interferencia en su libertad.

Tal como la gran posibilidad de que estos pacientes sufran la abolición de sus derechos por el hecho de su alta vulnerabilidad, el estigma social del que son blancos raya en lo absurdo, ya que esta basado en la incomprensión o directamente en la ignorancia de las afecciones mentales. Y este estigma puede alcanzar incluso al equipo médico produciendo tal alteración en el servicio de los recursos materiales y/o humanos que se emplean en el tratamiento, y además este estigma trae consigo la discriminación social, que los mantiene aislados con la justificación de ser una alteración peligrosa del funcionamiento de la sociedad.

Como toda búsqueda de tratamiento a distintas patologías, la experimentación es muy recurrente y las enfermedades mentales no son la excepción, pero en estas investigaciones está dentro de los principios éticos la entrega de información al paciente, ya sea que se realizará una investigación, los efectos que puede provocar y el paciente debe tener siempre la libertad de retirarse del programa sin sufrir repercusiones.


“Así tiene que ocurrir con ustedes manténganse locos, pero comportándose como personas normales. Corran el riesgo de ser diferentes, pero aprendan a hacerlo sin llamar la atención” (Paulo Coelho. Veronika decide morir).